DOMINGO DE RAMOS. LA PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS SEGÚN EL EVANGELIO DE LUCAS
En el evangelio de Lucas la
Pasión, Muerte y Resurrección es el centro donde converge toda la obra. Y el
cristiano es aquel que recorre el camino de Jesús. La muerte y la Resurrección
la va realizando el cristiano cada día.
En la Pasión y Muerte de Jesús San Lucas
sigue fundamentalmente a Marcos, pero reelabora su material de acuerdo a su
Catequesis. Y el relato resulta eminentemente parenético. Jesús es el Maestro
que va delante hacia Jerusalén (19,28). En Jerusalén Jesús es el Salvador que
cumple lo que en Galilea ha anunciado como profeta.
San Lucas no hace biografía de la
Pasión. Lo importante para Lucas es que el lector de todos los tiempos descubra
cómo tiene que seguir a Jesús. Jesús va delante con el ejemplo. Es siempre
nuestro modelo y realiza lo enseñado
LO QUE CAMBIA CON
RELACIÓN A MARCOS
- “Sentaos aquí mientras yo hago oración”
(Mc.14,32). “Les dijo: Haced oración para no entrar en tentación” (Lc.
22,40). En
Marcos Jesús les pide a sus discípulos que se sienten mientras El reza.
Lucas les pide que recen. Para Lucas la oración de Cristo debe ser
modelo para que, cuando nosotros hoy tengamos los problemas o dificultades
que tuvo Jesús entonces, también oremos.
- “Y viene y los encuentra durmiendo” (Mc. 14,37). “Los
encontró dormidos de tristeza” (Lc. 22,45). En Marcos
Jesús reprocha a sus discípulos el que se hayan dormido en esas
circunstancias en que el Maestro lo está pasando tan mal. Pero Lucas,
el evangelista de la bondad, les excusa y pone la tristeza como causa del
sueño.
- “Se presenta Judas, uno de los doce, y con él
gente con espadas y palos de parte de los sacerdotes y de los escribas y
ancianos” (Mc. 14,43). Es un hecho escandaloso. Y Lucas suprime
los palos y las espadas.
- “Aquel a quien yo bese, ése es; echadle mano y
llevadle bien asegurado (Mc.14,44). (Se trata de otro hecho
escandaloso). Lucas lo suprime.
- “Lo besó aparatosamente” (Mc.14,45). Es beso de traición. “Judas
se adelantó y se acercó a Jesús para besarle. Jesús le dijo: Judas, ¿con
un beso entregas al Hijo del hombre? (Lc. 22,48). En
Lucas el acercarse, el llamarle por su nombre, el dulce reproche lleno de
ternura, es una invitación a que cambie y se convierta. Es un beso de
amigo fiel hasta el final.
- “Uno… hirió al criado del Sumo Sacerdote y le
cortó la oreja” (Mc. 14,47). “Y tocando la oreja le curó” (Lc.
22,51). En Marcos se da el hecho de que Pedro le cortó la oreja al criado.
En Lucas, en cambio, Jesús es el Médico lleno de bondad, que no se
preocupa de lo que a Él le pasa, y se pone a curar al que está herido.
- “Y obligaron a uno de Cirene llamado Simón para
que cargue con la Cruz” (Mc. 15,21). “Le pusieron encima la Cruz para que
la llevase detrás de Jesús” (Lc.23,26). En Lucas
desaparece la presión, la violencia. El hombre de Cirene va detrás de
Jesús llevando la cruz. Y esto es lo que debe hacer el cristiano de todos
los tiempos.
- “Y gritando con gran voz expiró” (Mc. 15,37). En Lucas, como
veremos, Jesús va a morir confiándose al Padre.
- “María Magdalena y María la de José miraban dónde
lo ponían” (Mc. 15,47). “Las mujeres que le habían seguido,
quienes le habían acompañado desde Galilea, miraron el sepulcro y cómo
ponían su cuerpo. Y, después de volver, prepararon perfumes y un ungüento”
(Lc. 23,55-56). Marcos da el hecho frío de que las mujeres se
limitan a mirar dónde ponían a Jesús. Lucas cae en la cuenta de que las
mujeres son las que le han acompañado y, al volver a casa, se preocupan de
los perfumes y el ungüento. Detalle de delicadeza, de ternura. Ya que no
podemos hacer nada por el Maestro querido, le embalsamaremos con nuestro
cariño.
MATERIAL `PROPIO DE
LUCAS
- “Se le apareció un Ángel desde el cielo
confortándole. Y llegado a la agonía oraba intensamente. Y un sudor se hizo
como coágulos de sangre que caían por tierra” (Lc. 22,43). (Se
expresa todo el sufrimiento de Jesús)
- “Dijo a los que habían venido contra Él, sumos
sacerdotes y guardias del templo y ancianos… (Esto históricamente no pudo
ser así porque los sacerdotes, ancianos etc. no iban a estas cosas
desagradables sino sus emisarios. Así aparece en Mc. 14,43). Pero
San Lucas, en un afán catequético, los trae a su memoria porque también
ellos pueden ser salvados por Jesús. Está en diálogo de amor con todos,
también con sus enemigos.
- “Y, al instante, cuando todavía estaba
hablando, cantó un gallo. Y el Señor, volviéndose, dirigió la mirada a
Pedro… Éste, saliendo fuera, lloró amargamente” (Lc.
22,60-61). La mirada de Jesús le traspasó el alma a Pedro y ya no
la olvidará jamás. Y esa mirada de Jesús debe calar en el alma de todo
aquel que lea este evangelio a lo largo de los siglos. La mirada de Jesús,
después de nuestros pecados, debe cambiar nuestras vidas.
- “Le acompañaba mucha gente del pueblo y mujeres
que se golpeaban el pecho y hacían duelo por ÉL. Volviéndose Jesús hacia
ellas les dijo: Mujeres de Jerusalén, no lloréis por Mí; llorad más bien
por vosotras y por vuestros hijos” (Lc. 23,27-28). Jesús se despreocupa de su
dolor. Lo que quiere es la conversión del corazón y que su sangre no sea
en vano. Que sirva para la salvación de todos. Hay algo más grave, según
Jesús, que su muerte. Es el pecado, el que le ha llevado a esta situación.
- “Jesús decía: Padre, perdónales
porque no saben lo que hacen” (Lc. 23,34). Jesús se muere pidiendo perdón
por los que le están asesinando. E incluso trata de excusarles.
- “Y uno de los malhechores le insultaba… Pero el
otro, tomando la palabra, le reprendió diciendo: ¿Ni siquiera tú temes a
Dios, estando en la misma pena? Nosotros recibimos lo que merecimos por
las cosas que hicimos; pero Éste nada ha hecho. Y le decía: Jesús,
acuérdate de mí cuando vayas a tu reino. Y Él le dijo: “Te lo aseguro que
hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23,39-43). La sangre de Jesús ya
está dando su fruto. Poco importa lo que uno haya sido. Lo importante es
que hoy y no mañana nos convirtamos al Señor.
- “Y gritando con gran voz, dijo: Padre en tus
manos encomiendo mi espíritu” Y diciendo esto, expiró” (Lc. 23,46). Cristo no muere abandonado del
Padre sino abandonándose a las manos del Padre. Para Jesús Dios es siempre
Padre. Morir es saltar hasta ese Padre para quedar para siempre envuelto
en su amor eterno. Se podría acabar con las palabras que este mismo
evangelista pone al final de la Parábola del Padre Bueno:” Y COMENZARON A
HACER FIESTA”. La fiesta eterna de Dios.
- “Cuando el capitán romano vio lo que había
pasado, alabó a Dios diciendo: De veras, este hombre era inocente. Y
toda la gente que estaba presente a este espectáculo, al observar las
cosas que sucedían, se volvió golpeándose el pecho” (Lc.
23,47-48). Es impresionante ver a toda la gente dándose golpes de
pecho, arrepintiéndose de sus pecados. Todos hemos sido curados por sus
heridas. Ya estamos salvados. Lo importante es volvernos a Él pidiéndole
perdón